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La muerte en la bañera (REVISTA)


Por: Fernando Vásquez Páez

Cuántas veces hemos escuchado en nuestra República Dominicana la misma forma de describir la ocurrencia de una muerte traumática con las siguientes palabras? “Él/Ella se calló en la bañera y se desnucó”. 

A la pregunta de que quien lo asistió antes de ser declarado fallecido o de llegar a un centro de salud responden: “oooh, yo mismo/a, me ayudó un vecino y mis hijos a llevarlo a la cama, luego llamamos la ambulancia (como no había ambulancia lo trajimos en el carro).

Una vez se produce la caída traumática la persona tiende a recibir un fuerte golpe con el borde uno de los extremos de la bañera o en el piso del área. Este es el inicio del problema y justamente donde se cometen los grandes errores que causan la muerte finalmente, pues en este punto el afectado tiene altas posibilidades de haberse lesionado las primeras vertebras que reciben la cavidad craneal y consigo a la médula espinal que empieza su viaje inferior dentro de ellas como protección y sostén.

Estas vertebras son AXIS y AT- LAS, las cuales por ser las primeras, tienen ciertas características específicas que la hacen vulnerable ante estos tipos de movimientos bruscos respondiendo con la compresión de la médula espinal, en algunos casos Atlas se hace más lateral o posterior y Axis todo lo contrario, por lo cual AL MÍNIMO MOVIMIENTO INCORDINADO en este momento crítico podría resultar en el corte de la médula espinal lo que conllevaría la inmediata muerte del afectado por la parálisis de los centros respiratorios. 

Cualquier lesión de la médula espinal localizada en o por encima de los segmentos C3, C4 y C5, los cuales suministran los nervios frénicos al diafragma, puede detener la respiración.

Las personas con estas lesiones necesitan soporte respiratorio inmediato. En el mejor de los casos puede ser que no se corte la médula como tal, y se produzca una especie de aplastamiento o comprensión lo cual podría resultar en un Shock medular. 

A pesar de que hay cierta controversia entre los neurólogos acerca del alcance y del impacto del shock medular, y aún sobre su definición en términos de características fisiológicas, parece que el shock se presenta en aproximadamente la mitad de los casos de lesión de la médula espinal, y generalmente está directamente relacionado con el tamaño y la gravedad de la lesión.

Durante el shock medular, aún las porciones no lesionadas de la médula espinal sufren de discapacidad temporal y no pueden comunicarse normalmente con el cerebro. También se puede producir parálisis completa junto con la pérdida de reflejos y de sensación en las extremidades.

¿Y que se puede hacer entonces?


Lo primero es no hacer más daño del que ya tiene la persona afectada. Antes de moverlo del lugar de la caída, tenemos que ver la posición en la cual se encuentra la cabeza, en esa misma posición debemos con nuestras manos hacer una especie de cuello e inmovilizarla la cabeza, (en la figura lateral, se observan los pasos de movilización y colocación de un cuello ortopédico), ya que esta inmovilizada, si presenta inmovilizada la cabeza, para lo que se recomienda colocar un cuello ortopédico de inmediato, pero de no contar con este equipo, podrían colocar dos gorras de la siguiente forma: primero llevar la cabeza hacia atrás, una posición de lado, moverla lentamente hasta dejar la cabeza en posición natural, no soltar la cabeza y con la ayuda de otras personas sacarlo del lugar de la caída, moverlo a un lado seguro y donde tengamos el cuerpo distendido, el piso es el mejor lugar mientras tanto.
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