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Los paramédicos, el personal de la UCI y cualquier otra persona que trabaje actualmente con pacientes en cualquier capacidad probablemente use una máscara facial durante períodos prolongados de tiempo. Las máscaras N95, que son fáciles de usar y proporcionan una protección sustancial, pueden reducir la cantidad de oxígeno que llega a los pulmones hasta en un 20%. Esto causa fatiga, puede disminuir la saturación de oxígeno en la sangre y hacer que el personal trabaje menos horas o incluso obligarlos a quitarse las máscaras de la cara con frecuencia para respirar. Ahora, los investigadores de la Universidad de Stanford, que generalmente trabajan en celdas de combustible para automóviles, han desarrollado un concentrador de oxígeno que puede interactuar con las máscaras N95 para proporcionar oxígeno puro directamente al usuario.
El nuevo dispositivo utiliza un proceso electroquímico para concentrar oxígeno, algo con lo que los miembros del equipo tienen experiencia debido a su trabajo en celdas de combustible, pero el equipo planea producir un prototipo más que funcione de manera diferente.
Un tubo del concentrador está conectado a la máscara N95 para proporcionar acceso directo al oxígeno puro, con la esperanza de que la máscara permanezca ligera y cómoda de usar, al tiempo que facilita mucho la respiración.
La tecnología debería ayudar al personal médico, pero también permitir que las personas con EPOC y otras afecciones puedan usar máscaras faciales durante períodos más largos.