Crismel Morel Pujols Licda. Psicología Clínica Diplomado Intervención en Crisis y Trauma Diplomado Neuropsicología |
La ansiedad (conocida por los pacientes en consulta como el monstruo silencioso) se define como la condición psíquica donde persiste la preocupación excesiva ante diversas situaciones cotidianas, generando pensamientos perturbadores de desastres, caos y enfermedades que en el mayor de los casos no son reales.
Cabe recalcar que para diagnosticar a una persona con TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada) debe cumplir con al menos 4 criterios del DSM-IV y padecer la ansiedad y la preocupación excesiva (expectación aprensiva) durante un período superior a 6 meses. Esto sumándole una evaluación psicológica y psiquiátrica a través de test psicológicos y observación de la conducta-sintomatología.
Las personas con ansiedad experimentan los siguientes síntomas:
- Alteraciones en el sueño y alimentación
- Irritabilidad
- Problemas de concentración
- Miedo intenso a perder el control y tensión muscular (temblores, sacudida e inquietud motora)
- Mareos y sudoración
- Taquicardia (latidos del corazón rápido)
- Molestias epigástricas (dolor estomacal)
- Sequedad de boca y sensación de ahogo (falta de aliento)
- Escalofríos y polaquiuria (orinar más de lo normal)
- Problemas para tragar o quejas de tener «algo en la garganta»)
- Respuestas de sobresalto exageradas.
¿Cómo ayudo a una persona que esté en pasando una crisis de ansiedad?
Según José Manuel Montero Guerra en su Guía de Autoayuda en Casos de Crisis podemos actuar de la siguiente manera ante una persona con una crisis de ansiedad:
1. Lo primordial es identificar el detonante de la crisis y actuar desde ahí, mover la persona a un lado o quitar el detonante de su lado.
2. En caso de ser profesional de la salud, hacer una valoración psicológica de la persona y la situación (quien participa, dónde, cuándo, qué le provoca estrés).
3. Permitirle a la persona contar su historia.
4. Ayudarle a diferenciar entre los factores modificables e inmodificables de la situación estresante.
5. Hacer que la persona participe en el autocontrol de los aspectos comunes de la situación estresante.
6. Tener en cuenta mantener la calma para poder ayudar a la persona en crisis y poder bajar los niveles de estrés en el momento.
7. Evitar actitudes de culpabilidad, de nada sirve buscar culpables en el momento, pues es lo menos relevante.
8. Prodigar elogios en cuanto haga algo bien y vaya entiendo que puede salir de la crisis con ayuda de otro, pero principalmente con su ayuda.
9. Debemos mostrar una actitud coherente, consecuente y razonadora para que la persona nos vea como una ayuda y no como otro detonante de la crisis, nada de gritarle ni vociferarle cosas ofensivas ni de mal gusto, pues en ese momento es cuando más la persona se encuentra vulnerable y no puede tener un control de sus emociones.
10. Lo más importante es hacerle sentir a la persona que es escuchado, aceptado y apoyado, si es posible y la persona le permite, se puede tocar físicamente siempre y cuando se mantenga el respeto y discreción.
11. Ya luego que la persona esté calmada y que la crisis ha cesado, debemos procurar no reforzar conductas de evitación de situaciones estresantes, pues habrá situaciones que la persona no podrá evitar y será algo con lo que tendrá que aprender a lidiar y trabajar en su autocontrol para dichas situaciones.
Tomemos en cuenta que la persona no quiere actuar así, es una situación incómoda y vergonzosa para ella, trata de ser lo más empático y comprensible, pues cada uno lidia con su lucha interna a diario.