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Crismel Morel Pujols Licda. Psicología Clínica Diplomado Intervención en Crisis y Trauma Diplomado Neuropsicología |
Una de sus causas es el desbalance que hay entre lo que da la persona y lo que recibe. Las personas tienden a dar más de lo que pueden y tienen en el momento solo para mantenerse en buena relación con los demás, recibir reconocimientos y evitar conflictos futuros.
Los síntomas son muchos, aquí se definen los 5 comunes en la sociedad:
- Irritabilidad: la molestia, mal humor y sensibilidad inciden mucho, la persona tiende a estar vulnerable ante ciertos comentarios, acciones de los demás o desaprobación.
- Insomnio: conciliar el sueño no es algo que a la persona agotada emocionalmente se le haga fácil, las perturbaciones se hacen recurrentes y molestosas, esto hace que el individuo pase la noche de un pensamiento a otro en su psique, sin lograr dormir ni descansar.
- Cansancio físico: la fatiga y dolores generalizados se hacen evidentes, pues no se deben a una enfermedad médica. El individuo se enfoca en realizar múltiples actividades sobrecargando su organismo, sin darle recompensa de dormir o una alimentación balanceada.
- Problemas de memoria: el olvido de actividades simples es recurrente, pues satura de información y estímulos a su cerebro de tal forma que algunas cosas se le escapa.
- Desmotivación y distanciamiento social: el encierro en cumplir las expectativas de los demás y de dar todo por el todo se intensifica a tal forma que la persona realiza actividades de forma automática y sin motivación alguna, ya que solo quiere cumplir con los mandatos. Actúa de tal manera que pone a un lado sus emociones e intereses personales.
Cada uno de estos síntomas son mecanismos de nuestro cerebro de decirle al individuo que algo no anda bien. Ponerle atención y entender que no se puede dar más de lo que se tiene es lo ideal. Iniciando por darle descanso, manejar el estrés, evitar el perfeccionismo, hacer las cosas a medida de tu disponibilidad sin sobrecargas.
No es que dejarás a un lado los compromisos y responsabilidades, sino que debes darle la importancia y el tiempo que cada uno merece. Construye una actitud fuerte frente a las obligaciones del día a día, da a conocer tus límites y prioriza tus tareas personales.
Pon en agenda el tiempo que te dedicarás y las actividades que realizaras que resulten gratificantes para ti.
¡Escucha tu cuerpo, dale descanso y amor, está bien no poder con todo siempre!
