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Nueva Cepa de COVID-19 Bajo la Lupa: La OMS Vigila el Avance de NB.1.8.1 en 22 Países


Santo Domingo, RD.- Una nueva variante del COVID-19, identificada como NB.1.8.1, ha comenzado a propagarse con mayor presencia en Estados Unidos y otros países, según ha informado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque por ahora su impacto en la salud pública se considera bajo, los expertos advierten que su capacidad de transmisión es superior a la de cepas anteriores.

La situación genera preocupación en medio del descenso generalizado de las medidas sanitarias y el desinterés del público por el monitoreo del virus. Sin embargo, esta nueva cepa podría alterar esa percepción.

¿Qué es la NB.1.8.1?

La NB.1.8.1 es una subvariante de ómicron, derivada de la cepa JN.1, y ha sido clasificada por la OMS como una variante bajo vigilancia. Su rastro ha sido detectado en 22 países, incluyendo Estados Unidos, donde se ha registrado en estados como Nueva York, California, Arizona, Ohio y Rhode Island.

De acuerdo con Ginkgo Bioworks, socio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para pruebas aeroportuarias, el número de secuencias es aún bajo, pero ha mostrado un crecimiento sostenido entre marzo y abril.

Más contagiosa, pero no más letal

Hasta el momento, los datos no indican que la NB.1.8.1 provoque enfermedades más graves que otras variantes del SARS-CoV-2. No obstante, su principal amenaza radica en su alta transmisibilidad.

El análisis sugiere que esta variante se adhiere con más facilidad a las células humanas, lo que le permite propagarse más rápidamente, explicó Subhash Verma, profesor de microbiología e inmunología de la Universidad de Nevada en Reno, citado por CBS News

En Asia, la presencia de NB.1.8.1 ha coincidido con un aumento de hospitalizaciones y visitas a urgencias, aunque sin mayores tasas de mortalidad.

Invisibilidad en los datos públicos

Uno de los aspectos más preocupantes es la falta de información actualizada en los portales de vigilancia federales de EE. UU. Esto ha generado críticas, ya que la presencia de la variante se detecta en reportes locales pero no se refleja a nivel nacional.

Los CDC han reconocido la existencia de la NB.1.8.1 en China y EE. UU., y afirman estar en contacto con “socios internacionales” para el seguimiento, aunque aclaran que las secuencias reportadas son “insuficientes” para actualizar sus portales oficiales.

¿Y América Latina?

Aunque la variante aún no ha sido reportada oficialmente en República Dominicana ni en otros países del Caribe, la experiencia con variantes pasadas indica que la propagación global es solo cuestión de tiempo. Por eso, las autoridades sanitarias recomiendan retomar el enfoque preventivo, actualizar esquemas de vacunación, y fortalecer la vigilancia epidemiológica.

¿Estamos realmente listos para una nueva ola?

La aparición de la NB.1.8.1 sirve como recordatorio de que la pandemia aún no ha terminado. El COVID-19 ha entrado en una fase de endemia, pero eso no significa que haya dejado de evolucionar.

A medida que nuevas variantes emergen, la transparencia informativa, el monitoreo genómico y la cooperación internacional siguen siendo herramientas clave para evitar un retroceso en los logros alcanzados.
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