GP Magazine

Sobredosis de medetomidina: ¿por qué más naloxona puede retardar el rescate?

Artículo Referencia

Un desafío creciente para los servicios prehospitalarios

La medetomidina, un sedante veterinario agonista α2-adrenérgico, está emergiendo como un adulterante del fentanilo en EEUU. Utilizado bajo la marca Domitor en perros, no está aprobado para uso humano; provoca sedación profunda, bradicardia, hipotensión y depresión respiratoria. Al detectarse en laboratorios forenses de Maryland en 2022 y luego en estados como Maryland, Colorado, Pennsylvania y Michigan, evidencia su rápida expansión.

¿Qué es la medetomidina y cómo actúa?

Es un fármaco anestésico veterinario compuesto por dos enantiómeros: dexmedetomidina y levomedetomidina, este último con actividad farmacológica. Su acción como agonista α2 provoca sedación, analgesia, bradicardia, vasoconstricción y depresión respiratoria. En veterinaria es reversible con atipamezole, pero este no está disponible en la atención humana.

Casos reportados y datos recientes

  • Un estudio CDC (2020–2023) en emergencias evaluó 1 331 muestras, hallando medetomidina en cinco pacientes (0.4 %) con sospecha de sobredosis de opioides.
  • En mayo de 2024 en Chicago, se identificaron 12 casos confirmados, 26 probables y 140 sospechosos relacionados con medetomidina + opioides.
  • Philadelphia reportó que entre mayo y noviembre de 2024 su frecuencia en muestras pasó de 29 % a 87 %, superando a la xilacina.
  • Michigan identificó tres muertes por sobredosis que contenían medetomidina, todas en combinación con fentanilo.
  • San Francisco registró recientemente la primera sobredosis fatal confirmada con medetomidina, benzodiacepinas y fentanilo.

Por qué la naloxona en exceso no es la respuesta

La medetomidina no actúa sobre receptores opioides, por lo que la naloxona no revierte su efecto sedante. Insistir con dosis adicionales:

  • No es efectivo, y podría retrasar la atención respiratoria crítica.
  • Estrategia de respuesta recomendada para paramédicos y técnicos.
  • Administrar naloxona, pero solo hasta recuperar respiración, no hasta despertar al paciente.
  • Soporte respiratorio inmediato: bolsa–válvula–mascarilla, tubos orofaríngeos, oxígeno suplementario.
  • Vigilancia cardiovascular: preparar medicamentos para bradicardia/hipotensión.

Comunicación proactiva: 

  • Alertar a hospitales y toxicológicos sobre posible medetomidina y síntomas atípicos.
  • Prepararse para abstinencia compleja: pacientes pueden desarrollar taquicardia, hipertensión y agitación no tratable con opioides, requerir clonidina o dexmedetomidina .

Implicaciones en salud pública

La presencia de medetomidina complica:

  • La respuesta EMS y protocolos estándar.
  • Capacitación en soporte vital y manejo de vías aéreas.
  • Distribución de naloxona como medida preventiva aún necesaria.

Conclusión

La tendencias indican que la medetomidina es un adulterante en expansión. Para los servicios prehospitalarios, el enfoque debe cambiar de “despertar” al paciente a asegurar respiración y oxigenación. La clave: respirar primero, despertar después.
Artículo Anterior Artículo Siguiente