NUEVA YORK.- Durante casi dos décadas, Jonathan Kleisner acumuló millones en Wall Street. Sin embargo, el éxito financiero no logró darle la satisfacción que buscaba. “Yo era una persona que no creó nada, no dio nada a nadie”, confesó en una entrevista con The New York Times.
A los 41 años tomó una decisión que transformaría su vida: abandonar las finanzas y entrar al Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) para formarse en servicios médicos de emergencia. Lo que inició como un escape al estrés del parqué bursátil se convirtió en su verdadera vocación.
Kleisner comenzó como técnico en emergencias médicas (EMT) y, con el tiempo, ascendió a paramédico, hasta integrarse a la prestigiosa unidad de médicos de rescate del FDNY. De los más de 4,500 profesionales de EMS en Nueva York, apenas unos 60 ocupan ese rol. Hoy, además de atender emergencias críticas, es instructor para los nuevos integrantes del equipo.
Adrenalina en otro escenario
El ex ejecutivo reconoce que parte de las habilidades que cultivó en el mundo financiero —como la toma de decisiones rápidas, la resiliencia y la capacidad de mantener la calma bajo presión— encontraron un nuevo sentido en la medicina de emergencia.
En más de una década de servicio, ha respondido a emergencias en escenarios tan diversos como teatros de Broadway o plataformas de observación en rascacielos. “Las decisiones más difíciles a menudo recaen sobre mí”, señaló.
El peso invisible: salud mental en EMS
Kleisner también habló de un aspecto que afecta a miles de profesionales de emergencias: el trauma acumulado. Reconoce que, a diferencia de muchos colegas, él puede acceder a terapia psicológica y escapadas a su cabaña en Catskills, privilegios que no están al alcance de la mayoría.
Procesar todo este trauma es un concepto erróneo. No va a desaparecer. Hay que aprender a vivir con todo esto, afirmó
Una vida con propósito
Para Kleisner, dejar Wall Street no fue una forma de “bajar el ritmo”, sino de enfocar su energía en lo que realmente importa: salvar vidas. Más de una década después, sigue en primera línea, convencido de que encontró su verdadera misión.
Su historia refleja no solo un cambio personal radical, sino también la vocación y sacrificio de quienes integran los servicios médicos de emergencia, muchas veces invisibles hasta que la tragedia los coloca en el centro de la acción.