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La enfermería pediátrica


Ana Sano Baez

Es una profesional especializada en proporcionar cuidados de enfermería durante la infancia y la adolescencia. Cumple con su labor en todos los niveles de atención, por lo que su figura es de gran relevancia dentro del ámbito sanitario infantil. Su principal función es prestar atención primaria a niños desde que nacen hasta que son adolescentes, pero su papel va mucho más allá en el ámbito de la salud.

FUNCIONES

La enfermera pediátrica atiende a los niños y adolescentes junto con el médico pediatra, garantizando una atención de calidad a sus pacientes y dándoles los cuidados que necesitan. Pero sus funciones son muy amplias:

  • Proporcionar atención médica a bebés, niños y adolescentes hasta los 16 años.
  • Establecer un plan de atención sanitaria durante la infancia.
  • Recoger información sobre posibles síntomas de enfermedades que los niños no son capaces de verbalizar por su edad.
  • Realizar un cuidado intensivo de bebés recién nacidos, niños o adolescentes.
  • Reducir la ansiedad y confusión que los enfermos pueden sentir, y también de sus familiares.
  • Visitar niños en hospitales, consultas pediátricas e incluso en sus propios domicilios.
  • Trabajar en colaboración con equipos sanitarios multidisciplinares.
  • Trabajar en contacto con trabajadores sociales y psicólogos educativos.
  • Evaluar las necesidades de los niños y de sus familias.
  • Elaborar, junto al personal médico, un plan de atención basándose en las necesidades del niño.
  • Realizar tareas como el chequeo de la temperatura.
  • Prestar asistencia al médico durante un examen a un paciente.
  • Administrar medicamentos e inyecciones.
  • Realizar curas de heridas y cambios de vendajes.
REQUISITOS Y HABILIDADES

El perfil de una enfermera pediátrica no solo tiene que ver con el ámbito de la salud y sus funciones propias, sino que también debe tener muy en cuenta los tipos de pacientes con los que trata a diario. Por eso, los requisitos y habilidades que se requieren en esta profesión son muy específicos:

  • Estar en posesión del título de enfermería.
  • Estar en posesión de un título especializado en tratamiento de la salud en la infancia.
  • Contar con capacidad para trabajar en equipo.
  • Ser una persona muy observadora.
  • Tener capacidad para anticiparse a las necesidades de los niños.
  • Contar con buenas dotes de comunicación y habilidades sociales para transmitir información con claridad a niños, animarlos y tranquilizarlos en caso necesario.
  • Mantenerse al día en nuevos procedimientos, tratamientos y técnicas de atención.
  • Tener gran sensibilidad y amabilidad en el trato al paciente.
  • Tener capacidad para calmar a pacientes menores de edad.
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