Orlando, EE. UU.- La transfusión sanguínea en el ámbito prehospitalario continúa posicionándose como una de las estrategias más prometedoras en la atención de pacientes con shock hemorrágico. Así quedó evidenciado en la Reunión Anual 2025 de la Asociación Nacional de Médicos de Servicios Médicos de Emergencia (NAEMSP), donde múltiples estudios y resúmenes presentados destacaron la importancia de esta práctica en la reducción de la mortalidad por trauma y otras emergencias críticas.
La hemorragia no controlada sigue siendo la principal causa de muertes prevenibles por traumatismos. La administración temprana de productos sanguíneos —particularmente sangre completa— se ha demostrado más eficaz que el uso de cristaloides, tradicionalmente empleados en protocolos prehospitalarios, al combatir fenómenos críticos como la tríada traumática de la muerte y la recientemente reconocida hipocalcemia, ahora considerada dentro del llamado “diamante del trauma”.
Evidencia creciente y ensayos clínicos
Uno de los ensayos más influyentes, el Prehospital Air Medical Plasma Trial (PAMPer), demostró que la administración de plasma durante el transporte aéreo redujo significativamente la mortalidad a 30 días. Por otro lado, el ensayo COMBAT, realizado en entornos urbanos terrestres, no mostró la misma ventaja en mortalidad, lo que abre interrogantes sobre las diferencias en los resultados entre transporte aéreo y terrestre.
Estudios recientes también señalan un uso creciente en condiciones no traumáticas, como hemorragia gastrointestinal y hemorragia posparto, reforzando el papel de la transfusión más allá del trauma.
Logística y cadena de frío: el gran reto
Uno de los temas centrales en la reunión fue la logística de almacenamiento y transporte. Un grupo de investigadores mostró avances en el monitoreo remoto de temperatura para garantizar la viabilidad de la sangre en ambulancias y vehículos de emergencia, reduciendo desperdicios y asegurando disponibilidad en escenarios críticos.
Sin embargo, los costos de implementación siguen siendo un obstáculo. Estimaciones presentadas calculan una inversión inicial de alrededor de 17,000 dólares, además de un costo aproximado de 600 dólares por transfusión. Aun así, estudios de costo-efectividad revelan que el uso de plasma prehospitalario resulta favorable, al mejorar la supervivencia con un valor considerado aceptable en la atención médica moderna.
Protocolos y adopción en EE. UU.
Actualmente, más de la mitad de los estados de EE. UU. permiten la transfusión prehospitalaria dentro del alcance de los paramédicos, aunque solo el 28% ha publicado protocolos estatales oficiales. Las indicaciones principales siguen siendo el trauma con signos de shock, pero algunos estados ya incluyen afecciones médicas críticas.
La falta de uniformidad en los protocolos fue otro de los puntos señalados: mientras algunos estados autorizan el uso de sangre completa, otros se limitan a componentes sanguíneos como plasma o glóbulos rojos.
Resultados y seguridad
Los datos presentados en la NAEMSP confirman que las complicaciones por transfusiones prehospitalarias son poco frecuentes. No se registraron reacciones transfusionales significativas y la incidencia de eventos adversos graves como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar fue baja.
El ensayo SWiFT, aún en curso en el Reino Unido, promete aportar evidencia más robusta sobre la comparación entre sangre completa y componentes, lo que podría guiar el futuro de los protocolos internacionales.
La transfusión sanguínea prehospitalaria ha pasado de ser una práctica experimental a consolidarse como una herramienta cada vez más frecuente en los servicios de emergencias. Los avances presentados en la NAEMSP 2025 no solo refuerzan su seguridad y potencial impacto en la supervivencia, sino que también marcan la ruta hacia protocolos más uniformes, sostenibles y aplicables tanto en trauma como en emergencias médicas no traumáticas.
A medida que los sistemas EMS del mundo estudian su incorporación, los retos económicos, logísticos y normativos deberán equilibrarse con una realidad innegable: el acceso temprano a sangre salva vidas.